“La Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la CEM: Educar para una Nueva Sociedad, tarea y compromiso”

LA EDUCACIÓN NOS EXIGE UN ESFUERZO DE GENEROSIDAD

Y COMPROMISO DE PARTE DE TODOS, Y PARA CON TODOS.

 

La educación es esencialmente un acto de alta solidaridad, así lo señaló el Papa Francisco en su reciente documento: Educar al Humanismo Solidario. Toda tarea educativa, por ello, exige diálogo y encuentro, generoso e iluminador, que suscite el desarrollo de habilidades y conocimientos, a través de actitudes y valores éticos, que le permitan a cada educando asumir correctamente la realidad y responder a ella.

La educación es una cuestión que requiere todo ser humano, un ser siempre inacabado, pero al mismo tiempo capaz de transmitir enseñanzas adquiridas a los demás. En todo educador verdadero se da un círculo virtuoso: mientras más se enseña, más se aprende, y mientras más se aprende, más se puede enseñar. Por ello, la comodidad y la avaricia, es decir la búsqueda del propio bienestar como un fin en sí mismo, y/o intereses personales o gremiales, son valores antitéticos al deseo y acción de educar.

Este diálogo y constante encuentro educativo entre personas (padres e hijos; maestros y alumnos, etc.), pasa también por un conjunto de instituciones humanas: familia, escuela, sindicato, comunidad política, empresa, sociedad civil, iglesias, pues nadie puede educar sin la ayuda y corresponsabilidad de la sociedad, en su conjunto.

Por ello, celebramos los recientes esfuerzos conjuntos de redacción entre el gobierno y la sociedad, con su pluralidad de actores, para la reforma al artículo 3º Constitucional, así como sus resultados. Entre otros: abordar la complejidad del Sistema Educativo Nacional desde la centralidad del derecho humano a la educación, y el privilegiar el interés superior de los niños, niñas y adolescentes.

En educación, lo que no avanza, retrocede, por lo que ahora es necesario mantener a todos los actores en el diálogo conjunto ya iniciado, sin privilegiar a ninguno, a pesar de su relevancia. El sistema educativo escolar requiere de acuerdos integrales, consensuados por todos.

No podemos dejar de mencionar otros avances en el Proyecto de Iniciativa: la definición de una educación con equidad, integral, inclusiva e intercultural, encuadrándola en la dignidad humana de toda persona; la propuesta de un nuevo organismo autónomo que procure la mejora continua de la educación, que exige su constante y objetiva evaluación; compartimos plenamente el tema de la innovación, la garantía de acceder a los progresos de la ciencia y la tecnología, así como asegurar una educación superior para todos aquellos que lo deseen, con instituciones que gocen de autonomía universitaria.

Como Iglesia, seguiremos siendo respetuosos y propositivos con la tarea del Estado, al igual que el fortalecimiento de la educación laica, que garantiza, precisamente, la libertad religiosa para todos, especialmente para quienes queremos participar en el desarrollo de la Nación Mexicana, ofreciendo espacios de educación privada, formal y no formal, según nuestras creencias y valores de vida.

Reconocemos a la escuela como un lugar privilegiado de la educación. Nuestro aprecio sincero a todos los maestros, actores fundamentales de la educación escolar, quienes a través de su constante presencia y entrega no sólo han formado a millones de seres humanos, sino que también hoy, pueden dar rumbo a una humanidad necesitada de sentido y claridad. De nueva cuenta ofrecemos a todo el Pueblo de México nuestro documento episcopal: Educar para una Nueva Sociedad.

Especialmente, llamamos a los padres de familia a asumir plenamente su responsabilidad de primeros educadores de sus hijos. Los animamos a que se involucren activamente en los organismos de participación escolar, así como a reforzar lo enseñado en casa y en la escuela, con espacios de educación no formal: escultismo, promoción del arte, el deporte, la cultura y la religión, en los que niños y jóvenes puedan ir integrando el arte de la vida.

La educación es la tarea más importante de todo ser humano, en ella se desarrollan sus cualidades espirituales: razón, memoria, afectos, imaginación, sentido común. Gracias a la educación accedemos y mejoramos día a día nuestra cultura, misma que está llamada a engrandecerse, a través de una clara perspectiva ética, la formación ciudadana, el cuidado del medio ambiente y el desarrollo humano, integral.

Pedimos a Cristo, Señor y Maestro, que suscite en cada uno de nosotros la generosidad y lucidez para responder ante este momento de la historia, coadyuvando en la construcción de una casa para todos, en donde la paz, la justicia y la fraternidad se vivan plenamente.

 

Irapuato, Guanajuato, 4 de abril del 2019.

 

+ Enrique Díaz Díaz

Obispo de Irapuato y

Responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa

y de Cultura de la CEM

Pbro. M. en C. Eduardo J. Corral Merino

Secretario Ejecutivo de la Dimensión

 

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