Obispos de México: ofrecen subsidios para promover el perdón, reconciliación y paz.

Pastoral para la Comunicación. – En el contexto de los recientes hechos de violencia acontecidos en Torreón Coahuila, la Presidencia y el Secretario General de la CEM, el Arzobispo de la Provincia de Durango y Presidente de la Comisión de Pastoral Profética; el Responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura, así como el mismo Obispo de Torreón, Mons. Luis Martín Barraza Beltrán, ofrecieron un mensaje de solidaridad, aliento y camino pastoral. A continuación, algunos numerales del contenido:

1. Como Iglesia en México, ofrecemos de nueva cuenta la reflexión contenida en los Documentos de la Conferencia del Episcopado Mexicano: “Educar para una nueva sociedad” y “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”. Derivado de estos esfuerzos, también ofrecemos los “Talleres de educación para padres de familia al servicio de una nueva sociedad”, así como otras iniciativas para promover el perdón, la reconciliación y la paz.

2. El Papa Francisco ha desarrollado una reflexión muy amplia sobre los desafíos de una “emergencia educativa”, mismos que ofrecerá como camino para hacer una propuesta de servicio concreto a la humanidad, con el Pacto Educativo Global que se firmará en la Ciudad del Vaticano el próximo 14 de mayo, con líderes provenientes de los sectores académico, social, gubernamental, organismos internacionales especializados en la materia educativa, así como representantes de distintas religiones.

3. Ofrecemos con sencillez las siguientes líneas de reflexión y exhortamos a todos a pasar de la consternación a la acción propositiva. Reflexión y acción conjuntas, nos puedan ayudar como sociedad para fomentar un diálogo constructivo sobre este acontecimiento:

a) La educación es una tarea de todos, no sólo de las instituciones escolares. Educar requiere una alianza social que nos permita construir una “aldea educativa”[1] en la que cada persona pueda comprender el sentido de su misma persona, el entorno natural y cultural del que participa, así como de las instituciones humanas básicas (familia, organismos intermedios, empresa, gobierno, comunidad internacional, sindicatos, etc.), con el fin de que sepa encontrarse en ellas y las promueva. Es urgente concentrarse en los destinatarios de la educación, que son los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

b) Educar es una tarea que implica, principalmente, formar de manera integral la vida interior del ser humano:su razón e inteligencia, afectos y pasiones, memoria, imaginación, en una dinámica humana, cercana y solidaria. Por lo tanto, nuestra tarea es recuperar la centralidad de la persona humana en la vida educativa de la familia, la escuela y la sociedad.

c) Es urgente dedicar los más altos y mejores recursos humanos y materiales a la educación, principalmente en el ambiente familiar, escolar y social. Hoy nuestros niños y jóvenes requieren una alianza educativa entre el mundo académico formal y el no formal, en el que se encuentra el desarrollo del arte, el deporte, el escultismo, la vida religiosa y cultural. Ellos necesitan en su tiempo no escolar, de estos espacios para encontrarse en relación, diálogo y constante encuentro con los demás, en donde puedan verificar su existencia en el bien, la verdad y la bondad.

d) Llamamos a los padres de familia arenovarse en su responsabilidad de ser los primeros educadores de sus hijos, y dialogar en todo momento con las autoridades escolares,con el fin de articular un seguimiento continuo y permanente sobre los contenidos y métodos educativos para respaldarse mutuamente en sus tareas.

e) A los maestros, protagonistas insustituibles de la educación formal, les expresamos nuestra más alta estima, y les llamamos a renovar su vocación de servicio y de entrega, impulsando esfuerzos de legítima asociación y promoción para responder de mejor manera ante este Cambio de Época que nos toca vivir.

f) Como sociedad global, tenemos el gran desafío de construir una humanidad que revierta la cultura de la muerte,con sus múltiples expresiones (corrupción, violencia, consumo, destrucción del planeta, indiferencia, desprecio de la vida humana, entre otras), en una cultura de la vida, el cuidado, la solidaridad y la restauración de las relaciones humanas, el planeta, la democracia y el pleno Estado de Derecho.

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