Recuperar la ecología humana
Hoy se olvidan las fuentes clásicas de conocimiento de la ética y del derecho.
Es una situación dramática que a todos interesa y sobre la cual es necesaria una discusión pública.
Es necesario volver a abrir las ventanas, hemos de ver nuevamente la inmensidad del mundo, el cielo y la tierra, y aprender a usar todo esto de modo justo.
Pero ¿cómo se lleva a cabo esto? ¿Cómo encontramos la entrada a la inmensidad?
¿Cómo puede la razón volver a encontrar su grandeza sin deslizarse en lo irracional?
¿Cómo puede la naturaleza aparecer nuevamente en su profundidad, con sus exigencias y con sus indicaciones?
La vuelta a la naturaleza se manifiesta hoy, entre otras cosas, en la importancia de la ecología. Debemos escuchar el lenguaje de la naturaleza y responder a él coherentemente. Pero existe también la ecología del hombre.
También el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo arbitrariamente. El hombre no es solamente una libertad que él se crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo.
Es espíritu y voluntad, pero también naturaleza, y su voluntad es justa cuando escucha la naturaleza, la respeta y cuando se acepta como lo que es, y que no se ha creado a sí mismo.
Así, y sólo de esta manera, se realiza la verdadera libertad humana.
¿Qué sucedería si nuestros legisladores tuvieran la capacidad de distinguir el bien del mal, y así establecer un verdadero derecho, de servir a la justicia y la paz?
Mons. Salvador Cisneros
Parroquia Santa Teresa de Ávila