Mensaje Año Nuevo 2020, Obispos mexicanos

Ciudad de México, a 14 de enero del 2020

Saludamos a todos los medios de comunicación que nos han acompañado y colaboran en la difusión de la información. Reconocemos con aprecio el importante trabajo que realizan y su valioso servicio a la sociedad. Los exhortamos a seguir trabajando a favor de la cultura de la verdad.

Diversos son los retos que enfrentamos durante el 2019 y que como Iglesia Católica hemos atendido con la debida urgencia y responsabilidad. En este contexto nos unimos al sentir y al caminar del pueblo mexicano. Seguimos en oración por las situaciones especiales que estamos viviendo y nos empeñamos con nuestras mejores fuerzas para seguir apacentando al pueblo que el Señor nos ha confiado.

La emergencia migratoria que comenzó con las grandes caravanas de 2018 y prosiguieron en 2019 han sido la oportunidad para hacer efectiva la caridad de nuestra Iglesia en México, en la persona de nuestros hermanos migrantes. Miles de ellos han entrado a nuestro país en los últimos meses y el flujo no se ha detenido.

Del donativo del Papa de $500,000 dólares, recibido para la atención a los migrantes en México, se entregó durante el 2019 el 92% del recurso. Los proyectos han buscado cubrir la demanda emergente de alimentación, medicamentos y vestido. En algunos albergues, debido a la saturación de personas migrantes, el proyecto incluyó la habilitación o rehabilitación de cocinas y baños, en otros más, incluyeron la compra de artículos de cocina, mesas y sillas. Y en algún caso, por seguridad de los voluntarios y migrantes, se completó una barda perimetral en el albergue.

De los 32 proyectos, 24 ya han concluido satisfactoriamente, y los 8 restantes están en su etapa final. Para esta última etapa está destinado el recurso restante. Esperamos en el mes de febrero concluir los proyectos, y seguir contando con la generosidad del Pueblo de Dios para sostener este apoyo a nuestros hermanos migrantes.

Sobre el urgente tema de protección a menores se han avanzado en la construcción de las comisiones diocesanas, siendo 14 las existentes. Nuestro Consejo Nacional de la Protección del Menor, ha integrado a miembros de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México(CIRM) para caminar junto con las congregaciones religiosas hacia la abolición del Abuso Sexual a menores en el ámbito eclesial. Hasta ahora, del clero diocesano tenemos registrados 271 por abusos sexual, más otros 155 procesos por otras faltas. En total, ha habido en estos últimos 10 años 426 sacerdotes que han sido investigados. 173 procesos están todavía en curso, 253 han sido completados y 217 sacerdotes han sido dimitidos del orden clerical. También sobre este tema, los obispos nos pronunciamos, a favor del levantamiento de la prescripción del delito de abuso sexual, o su ampliación, siendo ya un tema que está en varias iniciativas de Ley a nivel federal y local.

Destacamos la importante labor que desempeña la CEPROME a nivel nacional e internacional, para la prevención de abuso sexual en la Iglesia, que se ha ampliado a ser parte importante de una red latinoamericana.

El año 2019 ha sido uno de los años más violentos que hemos vivido en nuestro país, acontecimientos que han lastimado profundamente a toda la sociedad, y también a sacerdotes e iglesias. A través de los 272 centros, entre muchos otros servicios, con los que cuenta la Iglesia para atender a las víctimas de las violencias, entre centros de recuperación de adicciones, de atención a mujeres, consultorios psicológicos, atención a reclusos, centros de escucha a víctimas, atención a niños de la calle y atención a familias desaparecidas; buscamos ayudar a revertir la inercia destructiva de la violencia y la pobreza.

Amplio es el trabajo social que realiza la Iglesia católica en el país. Para seguir colaborando en favor de la sociedad se necesita actualizar el marco jurídico que rige uno de los derechos fundamentales para toda sociedad democrática moderna, que es de la libertad religiosa, actualizando la ley secundaria de libertad religiosa, sosteniendo el principio histórico de separación entre la Iglesia y el Estado, acorde a los más avanzados criterios internacionales.

No se persiguen privilegios para ninguna Asociación Religiosa, sino se busca que las iglesias y sus ministros puedan desarrollarse debidamente, y que la libertad religiosa sea protegida por una eficaz tutela jurídica y que se respeten los supremos deberes y derechos de los hombres para desarrollar libremente la vida religiosa dentro de la sociedad. Profesamos la separación auténtica de la Iglesia y del Estado, y la plena autonomía de ambos en sus campos específicos.

Los Obispos Mexicanos vislumbramos con fe, anhelo y esperanza este año 2020, sea un año donde reine la paz, la reconciliación y el diálogo, un año donde todos como sociedad nos comprometamos con el cuidado del hermano, y de la Casa Común, mirándolo juntos como una oportunidad de volver nuestra mirada y corazón a Cristo Nuestro Salvador.

 

+ Rogelio Cabrera López

Arzobispo de Monterrey y

Presidente de la CEM

+ Alfonso G. Miranda Guardiola

Obispo Auxiliar de Monterrey y

Secretario General de la CEM

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