El drama de los migrantes
Este domingo se celebra la Jornada Mundial del emigrante y del refugiado bajo el título: “Una sola familia humana”.Es la oportunidad para hacernos oír en medio de la grave situación por la que atraviesa nuestra nación y que tan negativamente repercute en las personas de migrantes, hombres y mujeres y en sus familias.El mundo de los migrantes ha conocido en los últimos años las experiencias más dramáticas e indignas de nuestra sociedad que se considera civilizada. Hemos mirado con horror la información de lo que pasa en el sur de México. La violencia, el secuestro, las horribles masacres y la esclavitud a la que se somete a los migrantes, significa un retroceso histórico que no se puede soportar y ni debe permitirse.Más de 18 mil migrantes indocumentados, centroamericanos, han sido secuestrados y vejados por grupos del crimen organizado en su paso por México, lo que constituye una verdadera tragedia humanitaria.La política migratoria mexicana centrada en la contención y control de flujos migratorios es incapaz de proteger, respetar y garantizar los derechos humanos de la población migrante en tránsito por México. Los vacíos políticos en las diversas regiones de México, la colusión de autoridades con delincuentes y la falta de acceso a la justicia son condiciones que aumentan la vulnerabilidad de la población que pasa por el país hacia los Estados Unidos.Nuestra nación tiene que asumir una verdadera política de protección en la frontera sur, a combatir el tráfico de personas y las actividades criminales y a estrechar la cooperación con los gobiernos de los países vecinos.Es urgente rescatar el valor y la dignidad de la persona humana, con sus inalienables derechos y deberes.
Mons. Salvador Cisneros G.
Parroquia Santa Teresa de Ávila