Seminarista Carlos J. Gómez P. “Mi inquietud vocacional fue sembrada en la catequesis, mi catequista, el fútbol y mi parroquia”

Pastoral para la Comunicación. – Con gran alegría la Arquidiócesis de Tijuana les participa que en torno al III Aniversario de servicio pastoral del Arzobispo Francisco Moreno Barrón en el seminario menor el próximo sábado 10 de agosto del presente se celebrará la Acción de Gracias por esta intención el Sr. Arz. Ordenará 2 nuevos sacerdotales y 4 nuevos diáconos.

Uno de los nuevos diáconos será el seminarista Carlos Justino Gómez Pastrana, nació el 05 de junio 1992 en Tijuana, B. Perteneciente a la Parroquia Santa Cruz del Apostolado, Col. Sánchez Taboada.

De su inquietud vocacional compartió en entrevista que: “a la edad de 9 años recibí catequesis para el sacramento del Bautismo, a esa edad fui consciente de ser bautizado. Mis padres tenían creencias religiosas, pero no tenían práctica y vivencia de fe. Fui bautizado el 24 de noviembre del 2001, junto con mis dos hermanos. Después de haber sido bautizado, el sacerdote ungió en mi cabeza el aceite, y pronuncio: ‘para que seas miembro de Cristo sacerdote, Cristo profeta y Cristo Rey’, no alcance asimilar que quería decir esto, me encontré con una gran inquietud, creo que desde ahí fue siempre la inquietud de mi adolescencia sobre el sacerdocio. Meses después de haber sido bautizado, la misma catequista que me instruyo, me invitó a participar en servicio de la Iglesia, el primer encuentro que tuve es con el grupo de monaguillos. Fue la primera impresión que tuve al ver a un hombre revestido y prescindiendo una celebración. Otra característica que me hacía ser unido a ese grupo, es sobre el deporte, el coordinador nos enseñaba parte de la liturgia y posteriormente de reunirnos por la tarde, nos íbamos a jugar futbol a unas canchas cerca de la parroquia.  El sacerdote de los misioneros del Espíritu Santo, que atendía la comunidad, trajo a unos seminaristas misioneros a que nos compartieran una temática vocacional, es donde fui conociendo la figura de Cristo en el sacerdocio. Viví el preseminario de verano 2011, decidí decirle sí al Señor, e ingresé al seminario el 7 de agosto del 2011.

El futuro Diácono dijo que el Seminario es el Alma Mater de nuestra Arquidiócesis, esta casa de formación le ha ayudado en el área humana, sin descuidar la vida espiritual, la vida en el seminario la describe como un caminar, seguir el encuentro personal con Cristo, consigo mismo y con sus hermanos seminaristas.

De entre los retos más simbólicos que ha enfrentado antes de llegar a la Ordenación Diaconal se encuentran principalmente los sentimientos, miedos, emociones, de saber qué pasará con él siendo diácono, sin embargo, esto platicándolo con los sacerdotes en los ejercicios espirituales que recientemente vivió le ayudan a transformar esas preguntas en esperanzas. ‘Hoy puedo ofrendar aquellas inquietudes, los retos son las inseguridades que obstaculizan el caminar y las venzo con confianza en Dios’, dijo.

‘Como diácono -continuó el seminarista- quiero tener unidad comunitaria y llevarla hacia Dios, encontrarme con el rostro sufriente de Cristo a través de la comunidad y servir al otro pues el Ministerio es un Don gratuito, no es servicio propio, algo que he asemejado es si la Misericordia de Dios accede por nosotros a través de una gracia, también estamos llamados a presenciar esa Misericordia’.

Su vocación la ha encomendado a la Santísima Virgen María, modelo de seguimiento a Cristo, pero también hay un santo al que encomienda su ordenación, al Santo Cura de Ars, en su pobreza ha mostrado ser humilde en su ministerio. ‘Y eso pido yo a semejanza de él, que todo lo que haga en mi ministerio, sea en pobreza y humildad’, apuntó el candidato al diaconado.

‘Tengo mucho gozo, no estoy nervioso, pongo en manos de Dios por medio del rezo de laudes, el rezo del Santo Rosario mi confianza en Dios, gracias, recen por mí’, concluyó en la entrevista.

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